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¿Qué plazo tiene un trabajador para reclamar un despido y cómo se calcula?

Cuando un trabajador recibe una carta de despido, una de las primeras preguntas que surgen es cuánto tiempo tiene para reaccionar. En estos casos, el desconocimiento de los plazos legales puede provocar la pérdida definitiva del derecho a reclamar, incluso aunque el despido sea claramente improcedente o nulo. Por ello, resulta fundamental actuar con rapidez y contar con asesoramiento especializado, como el que ofrecen los abogados laboral Barcelona o los abogados laboralistas en Madrid, que pueden analizar el caso desde el primer momento.

El plazo legal para impugnar un despido: 20 días hábiles

La legislación laboral española establece que el trabajador dispone de 20 días hábiles para impugnar un despido, contados desde el día siguiente a la fecha de efectos del despido, no desde la fecha en la que se entrega la carta si ambas no coinciden.

Este plazo es común para todos los tipos de despido, ya sea disciplinario, objetivo o colectivo, y tiene carácter estrictamente preclusivo. Esto significa que, una vez transcurrido, el despido queda firme y ya no podrá reclamarse, aunque existan razones legales de peso para hacerlo.

Es importante recordar que:

  • No cuentan sábados, domingos ni festivos.
  • Sí cuentan todos los días laborables, aunque coincidan con vacaciones, puentes o festivos no oficiales.
  • El plazo no se amplía por desconocimiento ni por motivos personales.

¿Qué se considera exactamente un día hábil?

A efectos del cómputo del plazo para reclamar un despido, se consideran días hábiles todos los días de lunes a viernes que no sean festivos. Quedan excluidos tanto los festivos nacionales como los autonómicos y locales.

Además, el calendario que se tiene en cuenta es el del lugar donde el trabajador presta sus servicios, no necesariamente el de su lugar de residencia. Por este motivo, el cálculo puede resultar confuso si no se realiza correctamente desde el primer momento.

Un error habitual es pensar que los días naturales cuentan o que las vacaciones paralizan el plazo, lo cual es incorrecto. Por eso, conviene calcular el plazo con precisión y actuar sin demora.

La papeleta de conciliación: un trámite obligatorio

Antes de acudir al juzgado de lo social, el trabajador debe presentar una papeleta de conciliación ante el servicio administrativo correspondiente (SMAC u organismo autonómico equivalente). Este trámite es obligatorio y tiene dos efectos clave:

  • Interrumpe el plazo de los 20 días hábiles.
  • Es un requisito previo indispensable para poder presentar demanda judicial.

Una vez celebrada la conciliación, o intentada sin acuerdo, el plazo se reanuda por los días que quedaran pendientes en el momento de su presentación.

¿Firmar el finiquito impide reclamar?

Firmar el finiquito no impide automáticamente impugnar el despido, salvo que se haya firmado expresamente como un acuerdo extintivo válido y sin reservas. No obstante, es recomendable extremar las precauciones:

  • Firmar como “no conforme” si no se está de acuerdo.
  • Revisar cuidadosamente el contenido antes de firmar.
  • Conservar copia de toda la documentación entregada por la empresa.

Supuestos de especial protección del trabajador

Existen situaciones en las que el despido puede ser declarado nulo, lo que implica la readmisión obligatoria del trabajador y el abono de los salarios dejados de percibir. Esto ocurre, entre otros casos, cuando el despido afecta a:

  • Trabajadoras embarazadas o en periodo de maternidad.
  • Personas con reducción de jornada por cuidado de hijos o familiares.
  • Trabajadores en situación de incapacidad temporal.
  • Supuestos de vulneración de derechos fundamentales.

En estos casos, actuar con rapidez es todavía más importante.

Recomendaciones prácticas tras un despido

Ante una situación de despido, es aconsejable:

  • Anotar la fecha exacta de efectos del despido.
  • No dejar pasar los días pensando que “aún hay tiempo”.
  • Solicitar asesoramiento legal especializado cuanto antes.
  • Presentar la papeleta de conciliación dentro del plazo legal.

Conclusión

El plazo para reclamar un despido es corto, estricto y no admite errores. Conocer cómo se calcula, qué trámites lo interrumpen y qué situaciones gozan de especial protección legal puede marcar la diferencia entre perder definitivamente un derecho o lograr una resolución favorable. Una actuación rápida y bien informada es clave para defender los intereses del trabajador.